viernes, 29 de septiembre de 2017

La propiedad privada del financiamiento publico

No solamente fue un sismo que movió la tierra, movió las conciencias. La solidaridad que se vivía en las calles de la Ciudad de Mexico era sorprendente para una ciudad que es individualista cualquier otro día del año. A pesar de la tragedia, es esperanzador saber que un pueblo sí se puede unir para salir adelante de la catástrofe. Esto originó en las redes sociales distintos debates, principalmente sobre la reducción del presupuesto de los partidos políticos, para que los partidos puedan donar el dinero a la reconstrucción de las zonas afectadas.


El INE aprobó este año el presupuesto y reconoció que se trataban de las elecciones mas caras en la historia de Mexico.  Juntando lo que se les dará por Estado, los partidos recibirán 11 mil 904 millones de pesos. Esto destinado a cosas tan inservibles y vacías en propuesta, como su propaganda electoral. ¿Entonces por qué no destinarlo a donde verdaderamente ayude? Por una razón: los partidos políticos se han apropiado tan bien del dinero publico, que pareciera que ya es su propiedad privada, y es tan complicado reducirlo, ya que es el único presupuesto que esta en la Constitución es de los partidos. 

Reducir el presupuesto a los partidos políticos, me parece sano, y que la gente decida cómo se va gastar ese 50 por ciento restante, me parece democrático. Para que se deje de invertir todo ese dinero en lo que gastan los partidos, como sus asociaciones clientelares, sus ridículas propagandas y puedan mejor dedicarse a generar propuestas y debates. Es democrático, por que la gente sabrá como se gastara el dinero que es de todos.Varios de mis compañeros aseguran que eliminar o reducir el presupuesto público daría entrada a ‘’una privatización de la política’’, dejando el campo limpio para los grandes empresarios, o que incluso, los políticos desesperados en buscar fondos recurrirían al narcotráfico. La preocupación es normal y entendible, sobre todo en un país donde aun imperan las desigualdades. No sólo se necesita una reducción, también fiscalización para saber de donde vienen los recursos. 

Pero qué tal si volteamos la balanza en torno a la defensa del presupuesto a los partidos ¿Si el esquema del financiamiento publico necesario para generar igualdad, entonces porque sigue siendo predominante el mismo partido que hace hace menos de 30 años se le conocía como ‘’la dictadura perfecta’’? ¿Si con ese dinero es posible que nuevas fuerzas políticas puedan entrar a la contienda, porque los partidos nuevos terminaron siendo satélites (con la excepción de Morena, que fue mas una escisión del PRD)?  ¿Qué tal si la desigualdad política no recae en la reducción del presupuesto si no en los requisitos que se necesitan para formar un partido político?

Jordan Castro


@simiomarino

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